Unas obras que se están retrasando cada vez más, lo que a su vez arrastra la tardanza en conseguir los permisos municipales. En concreto, para poder celebrar partidos oficiales, aunque sólo sea con una grada y un aforo reducido de 27.000 aficionados, el club azulgrana necesita el Certificado Final de Obra (CFO).
Es algo que debía elaborar la
constructora, como en cualquier edificación, y enviarlo al ayuntamiento del
municipio, en este caso el de Barcelona, para que los técnicos municipales
puedan estudiarlo y aprobarlo o devolverlo con las actuaciones que aún faltan
para dar el visto bueno.
El informe, de hecho, ya está en manos
del consistorio, y sus técnicos ya se han pasado en alguna ocasión para poder
recabar in situ toda la información de accesos, seguridad y varios conceptos
más. Pero aún no les ha dado tiempo a redactar la documentación necesaria
para que el Camp Nou acoja partidos.
En el Barça esperan recibir ese CFO en
breve, a tiempo para el siguiente encuentro como local, que será el domingo 21
de septiembre contra el Getafe.

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